ARTÍCULO PARA "LA TORRE"




La Asociación nos ha pedido la elaboración de un pequeño artículo sobre nuestra Promoción, para publicarlo en el siguiente número 12 de nuestra revista "La Torre", que saldrá a últimos de Junio.


Con aportaciones de varios compañeros, se ha mandado un resumen desde nuestros primeros pasos hasta la actualidad. Espero que os guste:





PROMOCION DEL 70
Era el otoño de 1.970.
El día que llegamos a la Uni había niebla y estaba “urbayando” que decíamos en Asturias o “Txiri miri” que se dice en otros sitios, mientras esperábamos en el pasillo alicatado a entrar al despacho del P. Alonso a que nos clasificase y asignara a una clase y a un dormitorio, cosa que hacía con mejor o peor fortuna mirando la altura y desarrollo de cada chaval, así los más “grandes” iban a la 7ª División, los siguientes a la 8ª y los mas “peques” a la 9ª… claro que entonces crecíamos de prisa y al poco tiempo la “clasificación” ya no tenía mucho rigor.
Los dormitorios “corridos” de primero se identificaban por el color del techo, no estabas en la primera, segunda, tercera… planta sino que eras del azul, verde, rojo…


Un montón de “guajes” de trece, catorce y quince años, procedentes de casi todas las regiones españolas.
Fuimos la generación de la transición en numerosos aspectos, entonces y con el devenir de los tiempos.
Ya el primer año de nuestra estancia allí, las secciones de los más “pequeños”, bajo la tutela del Padre Amor, empezaron a poder llevar “melenas”. Para envidia del resto, que por órdenes del Padre Alonso, nos veíamos obligados a visitar la peluquería de “Jerónimo” con demasiada frecuencia.
Fue durante nuestra estancia, cuando empezaron las primeras chicas, pasando a ser mixta la enseñanza. Y nuestra fue la primera visita que alumnos de la Uni de Gijón hicieran a la Uni de alumnas de Cáceres.
Fue entonces cuando se agregaron los Cursos de Pre-Cou y Cou y cuando, mediados los 70, fue llevada a cabo la primera huelga de estudiantes, con la participación activa y en algunos casos destacada de alumnos de nuestro curso. Vivimos en nuestra juventud la transición política, en nuestra madurez la revolución de la informática y casi con total seguridad, nos tocará vivir el retraso de la edad de jubilación y la merma de las pensiones, después de más de 40 años cotizados.
Después vino la disgregación general, unos marcharon a casa, otros se desperdigaron por diferentes Universidades y el resto continuó Peritaje e Ingeniería en Gijón.
Muchos de los que cambiaron de Uni, tras pasar varios años de fácil acomodo a la nueva etapa “disoluta” y “libertina” y no poder terminar los estudios, fueron entrando al mercado laboral en ocupaciones que, en muchos casos, no tenían demasiada relación con su etapa estudiantil.
Hubo un número importante que entró en grandes Empresas como Renfe o Telefónica.
Salvo pequeños grupos, que por motivos laborales o de vecindad, seguían teniendo algún tipo de contacto, el resto, mayoritariamente, nos fuimos desvinculando y accediendo a nuevas etapas de nuestra vida.
Y con el paso de los años, nos volvíamos más nostálgicos y en la mente de casi todos se iba formando una idea: volver a reencontrarnos con nuestros compañeros de estudios de la Uni.
Fue una tarea harto complicada, por la precariedad de medios de búsqueda que había entonces. Pero teníamos una joya por donde poder empezar: El libro de fotos que nos hicieron en las escaleras de la Iglesia, donde venía un listado completo de los que estábamos cursando 3º de Oficialía, con los nombres de nuestros padres y la dirección que entonces teníamos.
Tras muchos años de ardua y solitaria labor, de muchas y muy variadas formas de investigación, de emotivos momentos vividos al escuchar después de tanto tiempo una voz llena de recuerdos al otro lado del hilo telefónico, de otros tristísimos, que tras creer haber localizado a otro compañero, te dan el mazazo inesperado de su fallecimiento, de muchas horas colgado al número de “información telefónica” y otras no tan ortodoxas acciones, me pude ir haciendo un jugoso y silencioso listado, presto a poder ser usado en cuanto se presentase la ocasión.
Y esta llegó en Junio del año 2.000 cuando varios de nosotros acudimos, con muchísima ilusión y con unas inmensas ganas de poder ver a alguno de nuestros antiguos compañeros, a la convocatoria de la primera reunión de Antiguos Alumnos de la Universidad Laboral de Gijón, que con tanto trabajo había conseguido hacer la entonces Junta Directiva de los Lera, Otilio, Vizoso y compañía.
Logramos juntarnos una veintena larga, aunque hubo otros que acudieron y no consiguieron agregarse, debido a la inmensidad de gente que acudió al acto. Podéis imaginar las emotivas escenas de los encuentros: perplejidad inicial seguida de una gran emoción y fuertes abrazos al conseguir identificar a cada uno. Hay que tener en cuenta, que hacía 25 años que no nos veíamos y que en nuestro recuerdo teníamos la imagen de antaño y de repente, te encontrabas frente a ti a un viejo carcamal como tú y que como tú, era todo un manojo de nervios, ansioso por hablar y hablar hasta recuperar los años perdidos.
Aparte de nuestros teléfonos nos intercambiamos nuestras queridas y secretas listas de direcciones de antiguos compañeros que con tanto celo habíamos ido consiguiendo.
Y eso fue el inicio oficial de las actividades de la Promoción del 70.
A partir de entonces, todo ha fluido con más facilidad, somos más a aportar informaciones, disponemos de mejores medios y la ilusión de unos contagia a otros.
Nos venimos reuniendo cada año por Mayo o Junio de forma itinerante, para facilitar la asistencia de todos aquellos que en ocasiones les pilla demasiado lejos.
Y es increíble el grado de unión y complicidad que reina en estos encuentros. No hay entre nosotros diferencia de estatus social, cultural, económica o laboral. No nos interesa saber de la vida de cada cual más que aquello que cada cual quiera contar. Hablamos tanto de nuestras pasadas batallitas allí, como de nuestras aventuras hasta llegar a la actualidad. Es algo muy profundo, es como si el tiempo se hubiera detenido y nos trasladamos todos a aquellos maravillosos años.
Los que habéis asistido a alguna de estas reuniones, sabéis bien el significado de estas palabras. Y los que no vienen porque sienten algún injustificado temor a no se sabe que historias pasadas, pues que se animen una sola vez, que luego ese ambiente de hermandad que se ha creado, se les meterá en la sangre como a los demás y estarán deseando que llegue la próxima.
Hemos conseguido transmitir este espíritu a nuestras esposas y estamos encantados de que acudan con nosotros y de que hayan hecho una gran amistad y que so lo pasen “pipa” ellas también.
Hemos revivido mil y una historias de aquellos años, algunas asombrosas, como la de aquel que tuvo un “rollito” con la “maziza” de la limpieza y lo ha mantenido en secreto hasta ahora, o el otro, que por las noches se escapaba para ir a descargar barcos al Musel y luego poder ir de fiesta a Cimadevilla. (Las risotadas que se echó al ver mi cara de asombro cuando lo contaba, pues éramos de la misma cuadrilla y estábamos siempre juntos). O los cuatro matrimonios que se juntaron en el 2.004 en nuestro encuentro de San Vicente de la Barquera. Habían salido juntos cuando eran novios en su época de estudiantes y no se habían vuelto a juntar.
En el 2.001 nos vimos en la Uni. Fue sublime. Hicimos una visita a nuestras dependencias más queridas: Aulas, estudios, comedores, dormitorios, talleres, paraninfos…
Y cumplimos nuestro mas anhelado sueño: Volvimos a comer en nuestro antiguo comedor, sentados en nuestras mesas, algunos, incluso llegamos a identificar el sitio exacto donde antaño nos sentábamos, por los dibujos que forman los baldosines de las paredes, ya que todos son distintos; y el paroxismo absoluto: dormimos con nuestras esposas en los mismos dormitorios de entonces.
Volvimos a Gijón en el 2.005 y volveremos allí cada 5 años. Este año D.M. nos volveremos a ver en nuestra amada Uni el sábado 12 de Junio.
En las diferentes reuniones, nos hemos llegado a ver más de 120 antiguos compañeros y actualmente disponemos de las direcciones de más de 300.
Se han vuelto a juntar antiguos amigos, otros nuevos han surgido, cuando en la Uni no tuvieron apenas relación y algunos, entre los que me incluyo, hemos conseguido volver a reunir la cuadrilla de entonces: Carlos, Ray, Víctor y José Luis. Tristemente falta Félix para estar al completo, fallecido hace mucho tiempo.
Hoy todos hemos pasado la cincuentena, la gran mayoría estamos en activo, por lo que no disponemos del tiempo necesario para participar en las tareas de la Asociación, aunque todo llegará, y hay quien todavía tiene hijos en edad escolar, mientras que otros ya son felices y jóvenes abuelos.
Nuestra ocupación laboral abarca un amplio abanico de profesiones: desde las relativas a la industria hasta las empresariales, pasando por las docentes, las médicas o las profesiones liberales. Lo que no parece que haya entre nosotros es algún político, a excepción hecha de “El Alcalde de Mocejón”, que ya lo era entonces, lo sigue siendo ahora y lo será a perpetuidad.
Un cariñoso abrazo a todos los compañeros de la Promoción del 70 y un entrañable recuerdo a todos cuantos nos han dejado.
José Luis Bartolomé Llamas

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